lunes, 28 de abril de 2014

Trenes

Todos  los días se han de tomar decisiones, nada ocurre por arte de magia. Algunas de ellas son tan simples como qué comer o por dónde cruzar una carretera, pero a veces hay otras mucho más grandes e importantes que pueden darle un cambio drástico a la vida y la de aquellos que están alrededor. Ahora, en el presente, con nuestros actos sabemos que el futuro siempre está en constante cambio, y por ello nos vemos indirectamente obligados a aprovechar las oportunidades que lleguen para alcanzar un futuro mejor, más estable, más lineal, de acuerdo a las perspectivas con las que lo concebimos en este mismo momento, el presente. El momento es ahora y no después o pasado un tiempo.

En la vida están los trenes. Trenes que te acercan o te alejan del destino. Los hay que pasan una sola vez en la vida y son esos que son capaces de enseñar a sentir cualquier cosa de forma fugaz. Puede que pasen miles de trenes pero solo unos cuantos podrán hacerte sentir que la vida es ese sentimiento que nos traslada de estación en estación encontrando ese lugar que algunos llaman destino y otros, simplemente casualidad. La casualidad de conocerte. La casualidad de poder llegar a la estación correcta y decir que yo fui una de las personas que cogió el tren que me transportó a tu mirada, a tus labios, a tu vida.




Esos trenes que solo pasan una vez en la vida, o varias, tarde o temprano dejarán de pasar. Quien dijo esto, probablemente fuera alguien que perdió el viaje que quería hacer y no esperó el siguiente tren. Debió perder sus esperanzas y acabó abandonando sus sueños e ilusión viendo cómo se marchaba el tren a lo lejos. Pensaría que era la única oportunidad para ser libre y quizás sus ganas de vivir crecieron a la misma velocidad con la éste partió entre los incontables carriles. Cierto es que el tren no iba a esperar por él ni por nadie. 

Cuando pase el tiempo y recuerdes ese momento en el que lo dejaste marchar recordarás cuán cómodo y cuánta estabilidad podría haberte ofrecido montar en él y disfrutar ese viaje. Si se marcha, existirán dos opciones: la lamentación por haberlo dejado ir, o coger un taxi, un avión o, sencillamente, continuar caminando viendo a lo lejos marchar el tren tomando otro destino.





Solo tú puedes elegir subirte o dejarlo ir.





"Who can say when the roads meet. 
That love might be in your heart, and who can say when the day sleeps if the night keeps all your heart... "

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